UNA LINDA Y TIERNA SERPIENTE.
Cierto día,
durante el coffee break de media mañana, salimos de la sala de clases de
aviones convencionales y nos dirigimos al costado fuera del hangar a esperar la
llegada del Snack Bar móvil, lugar donde apreciamos un pequeño alboroto entre
varios Cursetes además de otros curiosos. Al acercarnos, pudimos ver que, si la
memoria no me engaña, en un círculo conformado principalmente por chilenos,
estaba nuestro admirado campeón de ping-pong, pool y billar, naipe y de cuanto
juego de azar se conociera, Nabor
Riquelme, el cual además de ganar sus buenos dólares a los contrincantes
“gringos” y de otras nacionalidades, principalmente venezolanos, logró una
buena fluidez en el idioma inglés,
Este nunca lo
suficientemente bien ponderado personaje, con la mano izquierda le hacía
“cachañas” a la “culebrita”, mientras que con la derecha le daba manotazos con
la intención de capturar a una linda y tierna serpiente de inocente apariencia,
de lengua bífida y cuello que se expandía ante los intentos de capturarla, con lo
cual adoptaba la apariencia de una cobra de las películas, pero en tamaño
pequeño. Mientras continuaba intentando capturarla y haciéndole el quite a los
colmillos de la sierpe, diciendo que una vez capturada le amarraría un
cordelito para convertirla en su mascota, aparece corriendo nuestro ya conocido
baqueano de los jardines, quien, con el machete en alto irrumpe al interior del
circulo de curiosos y barristas y, con
un soberbio tajo, le cortó en el aire la cabeza al ofidio. A continuación con
un arrebato de verdadera ira, nos retó a todos con fuertes epítetos e
imprecaciones por lo irresponsable de nuestra acción y que ya estaba aburrido
que siempre los chilenos todo los años le daban los mismos problemas, toda vez
que se trataba de una serpiente altamente peligrosa a pesar de su tamaño e
inocente apariencia, ya que la experiencia indicaba que un humano moría en dos
horas luego de ser mordido por una de ellas. Nos fuimos asegurándole que en lo
sucesivo “nos portaríamos bien”.
UN
VANO INTENTO DE DOMESTICAR A OTRA “MASCOTA”
No obstante,
tiempo después, alguien, no sé quién, pero todos aseguraban que había sido el ya mencionado nunca suficientemente bien
ponderado Nabor, subió a nuestros dormitorios un hermoso ejemplar de cangrejo
de esos con una tenaza grande como en la película “Cangrejos Asesinos”, tenaza
desproporcionada para su envergadura y que caminan de lado, a la cual
procuraban infructuosamente amarrarle un cordelito para llevarla como mascota
entre nosotros. La verdad, no acostumbrados a esos bichos, a cuyo lado las
jaibas del litoral central resultaban
insignificantes, aparte del alboroto, todos sentíamos temor de manipularla.
Nabor nos incitaba a tomarla, diciendo que no pasaría nada, pero cada intento solo
provocaba algarabía ante el tamaño y movimientos sorpresivos en defensa y
ataque de aquélla poderosa tenaza. Como para probar, se me ocurrió poner un
lápiz grafito en su tenaza para luego cogerla, pero el cangrejo lo cercenó como si fuera
mantequilla; luego, alguien probó con una varita de madera más gruesa y
fibrosa, la cual, aunque con mayor dificultad, también la quebró, astillándola.
A continuación, otro le colocó una varilla metálica, la cual no pudo cortar y
aprovecharon de cogerla y ponerle el cordel, luego de lo cual intentaron retirar
la varilla, pero era tal el forcejeo con el cangrejo, que terminaron
amputándole la poderosa tenaza.
A contar de
entonces, se perdió todo interés en el famoso cangrejo, condolidos algunos, lo
devolvimos a los prados con la esperanza que pudiera sobrevivir a pesar de su
discapacidad. Al día siguiente, descubrimos en los prados sólo su caparazón
vacía: las hormigas carnívoras se la habían “chupeteado” rápidamente. (R.I.P)
SUMA Y SIGUE
No faltaba más:
nuestro castor “Animals Lover”, ahora apareció en las barracas de dormitorio
con un sapo espectacular por su forma y tamaño, a la cual ya le habían puesto
su traílla y bautizado como “Margarita”, y había gran algarabía con ella pues
explicaban que era una rana de “Tres Saltos” y todos procurábamos comprobarlo.
El juego consistía en hacerle el quite a sus salivazos y presionarle el lomo,
que parecía un globo, y a continuación, automáticamente, la rana se pegaba tres
jocosos saltos largos y se apostaba a quien conseguía obtener hasta cinco
saltos o lograr un récord de distancia.
Con el alboroto,
se habían ya acercado a nuestros dormitorios una importante cantidad de
curiosos de los demás países representados en la Academia, dándonos pauta a
nosotros para armar mayor escandalera. Estábamos en ello, cuando reaparece el
ya conocido baqueano de los jardines, con su enorme machete en la mano y
empieza a repartir patadas procurando darle a la rana o cortarla con el
alfanje. Finalmente, logró aplastarla y llevársela al exterior, no sin antes
volver a reclamarnos severamente por nuestra irresponsabilidad, ya que los
escupitajos de la rana eran altamente venenosos, se impregnaba en la piel y se
introducía por los poros llegando rápidamente al torrente sanguíneo,
produciendo una parálisis en el sistema nervioso central, con gran riesgo de
vída y que daría cuenta de ello al Director de la Academia para que sancionara
a estos chilenos temerarios e irresponsables: Otra vez nuestro Jefe de País
hubo de ir a pararse frente al SQ. , Master Sargent Hius, a recibir la consabida reprimenda.
“Estos Chilenos no
entenderán nunca...¡¡¡”