Entrañables Cursetes: pretendo,
ocasionalmente, compartir con ustedes, y
a través de este medio, anécdotas y vivencias personales que tienen por
motivación permitir que no queden relegados al olvido y desconocimiento
absolutos, así como entregar un poquito de distracción; esto, sin incluir nada
producto de fantasías, sino que absoluta veracidad en todos los eventos que
relate, de los que haya sido actor o testigo directo. Jamás de relatos
recibidos por otras fuentes, como tampoco, jamás, magnificar situaciones; a lo
más, disminuir o subvalorar el efecto de algunas de ellas.
De pronto, también,
confirmar, desmentir o clarificar ciertos mitos que circulen entre los
aviáticos; posibilitar que algunos Castores se sientan identificados con
situaciones similares y que también deseen compartirlas entre nosotros,
evitando, eso sí, hacer alusiones personales de hechos criticables o enojosos
que pudieran avergonzar o molestar a alguno de los integrantes de nuestro
curso.
En resumen,
complementar el historial de los integrantes de la Escuadrilla “Beaver” en su
paso por la institución, que no hayan implicado necesariamente anotaciones en
la Hoja de Vida, a no ser aquellas que constituyeron “Mérito” profesional.
A continuación, mi
primer aporte narrativo:
Fue mi primera
experiencia de vuelo... Era uno de esos 50 castores afortunados que irían por
seis meses a “Albrook Field” AFB, en
Panamá. Abordamos en Cerrillos un DC6-B del Gpo. De Av. Nº 10, “Donde Nacen y
Terminan los Caminos Alados De La Patria. En lo personal, deseaba homologar y
en lo posible superar el historial familiar de viajeros aventureros “Pat’e
perros”, en circunstancias que, hasta entonses, mi agenda de viajero nacido en
Santiago, contemplaba hacia el norte la localidad de Quintero con sus
intermedios del Litoral Central y, hacia el sur, la de Nos, a la salida de San
Bernardo. Era entonses un buen comienzo en pos de aquella ilusión llegada a
concretarse con creces gracias a la Institución.
Primer tramo:
Santiago – Lima; escala técnica de dos horas para repostar combustible en
Aeropuerto “Jorge Chávez”. Orgullosos, alegres y ufanos luciéndonos en nuestros
uniformes de “Pingüinos” de los alumnos de la EE.EE.FACH, transitábamos por un
largo pasillo en dirección al “Duty Free”, con la expectativa de comprar algún
souvenir que testimoniara nuestro paso por el Perú.
A la distancia,
observamos muy intrigados un raro movimiento y cuchicheos entre locatarios del
recinto, haciéndonos pensar, buenamente, que se preparaban alegres y felices
para recibir un buen número de potenciales clientes. Sin embargo, ellos
comenzaron a retirar mercadería en exhibición, retirando del alcance joyas,
postales, etc. cerrando algunos locales e, incluso, acercándose a colaborar a
aquellos de sus colegas que permanecían atendiendo, ayudándoles a vigilar ante
eventuales “sustracciones”. Estoy plenamente convencido de que todos nosotros
pretendíamos ser honestos y correctos en nuestro comportamiento, pero, al
apreciar la actitud desconfiada de los peruanos hacia nosotros, nos provocó en
forma espontánea y sin concierto previo, el deseo de infringirles el daño que
precisamente pretendían neutralizar, saliendo a relucir nuestra
“Indiosincracia” (que pareciera residir innato e ignoto en nuestros muy ladinos
genes. Resultado: gracias a esta natural “Chispeza”, quien más, quien menos, se
llevó varios “souvenirs” sin costo, entre ellos varios anillos de oro peruano,
postales, piedras semi-preciosas, etc., contentos de haber demostrado nuestro
“superior Ingenio” frente a nuestros “hermanos peruanos”, que nos compensara en
parte la indignación sufrida frente a la animadversión y desagradable actitud
hacia nosotros que sólo pretendíamos inicialmente pasar por galantes, elegantes
y bizarras “blancas palomas”. No concebíamos ni aceptábamos, hasta entonses,
aquella desagradable actitud demostrada hacia aquellos chilenos que nada malo
pretendían y que provocó que les hiciéramos mas daño aún. La explicación a este
fenómeno, la conocímos a finales de nuestra estancia, por boca de la entonses
Ex Miss Universo peruana, quien trabajaba en dicho lugar y compartió muy amable
y agradablemente con algunos de nosotros, comentándonos que todos los años
pasaba por ese lugar un curso de aviadores chilenos, quienes tanto a la ida
como al regreso, desvalijaban los puestos de “souvenires”, cancelando sólo una
parte de ellos (los más baratos). Hay que tener en cuenta que, en aquellos
años, estos cursos se enviaban cada seis meses, es decir, cuatro “pasadas” de
chilenitos al año. Ahora comprendí porqué nos temían tanto, (¿nos seguirán
temiendo...?)
Y pasó por un
zapatito roto........
4 comentarios:
Coné:
En principio pensé que ibas a relatar cuando un motor del DC-6 se incendió en el despegue desde Lima hacia Panamá....
En fin ....todavía es tiempo!
Coné....muestra un anillo pos!
O.K., a posterior irá eso. Sin embargo, necesito que me precises la situación porque tengo mas de una en mente, en especial una sobre el triángulo de las Bermúdas.
¿Y lo del anillo? Mójate el potito, no se bien a que se debe.
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en la entrada "¡¡¡ NUEVA ANÉCDOTA !!!":
Lucho:
Como olvidar además el poema El Conscripto" recitado magistralmente pues coleguita...con música de fondo de "Adios al Séptimo de línea" en solo de harmónica....
Publicar un comentario