Sobre pájaros y “mascotas”
“Los Ignoritos”
(Origen del nombre)
La mayor parte de
los santiaguinos, como yo, poco conocemos y, por lo tanto, no somos capaces de
identificar las diferentes especies de aves voladoras, árboles, matorrales,
etc., de nuestra naturaleza. Esto, con excepción del Castor Black Hill, quién,
por haberse criado cerca de la Plaza Las Campanas, allá por Tobalaba, al ladito
del Aeródromo, era capaz, no sólo de reconocerlos por sus nombres, sino que
hasta imitaba los diferentes gorgojeos de ellos, lo cual le valió el apodo de
“Pajarito”, el cual devino en Pájaro al llegar a la mayoría de edad.
Lo que sí
recordaba yo, que la mayoría de los pájaros regionales, se desplazaban a
saltitos o pasos cortos, por lo que al ver en Panamá unos pájaros negros,
parecidos a los cuervos de tamaño medio, que caminaban muy rápido largas
distancias y a pasos largos, a muchos de nosotros nos llamó fuertemente la
atención. Pasadas algunas semanas, encontramos la ocasión de conversar con uno
de los baqueanos de la zona, que se desempeñaba en los jardines de la Base,
siempre premunido de un gran machete, a quien le preguntamos por el nombre de
ave tan peculiar para nosotros. A ello, después de pensarlo unos segundos, nos
expresó con su típico acento caribeño: “l`ignoro, chico”. Entre nosotros estaba
el querido “Negrito Pinto”, quién ante la respuesta, dijo: “Humm... Un lignoro
chico.... Ya...., ¡Entonses..., es un “Lignorito”!”. Todos nos reímos mucho
ante la espontánea ocurrencia y buen humor de nuestro compañero y, desde
entonses, jamás volvimos a intentar conocer el verdadero nombre de tal ave que,
para nosotros, siempre pasó a llamarse Ignorito y fue tan difundido el nuevo
nombre, que el resto de la Academia pronto llegó a pensar que era el verdadero
y ya todos lo mencionaban de la misma forma.
La verdad, mucho
mas sorprendido me encontré, cuando por allá por el año 1982, en una de mis
últimas pasadas por Panamá, con escala en Howard Field, hubimos de retrasar el
despegue, por cuanto se debió efectuar un operativo para ahuyentar una gran
bandada de estos pájaros que se encontraban en las inmediaciones de la pista de
aterrizaje, poniendo en riesgo las operaciones aéreas, de lo cual, los
encargados de efectuarla en Operaciones de Base, al darnos la explicación correspondiente,
nos dijeron: “Pasa que hay una gran bandada de “Ignoritos” y debemos desalojarlos antes de autorizar los despegues”.
Carlitos: ¡¡mira a
ver el revulú que provocaste con tu ocurrencia!!....
6 comentarios:
Debo aclarar que el citado pájaro recibió el nombre de "turururo", apodo con el cual Carlos Pinto Jorquera, electrónico, fue conocido hasta el fin de sus días.
Un especial recuerdo para Carlos ( Q.E.P.D.)
Lucho Bravo
Mas bien me huele a chiste de Condorito....o no?
Aunque existan divergencias(...en funcion del tiempo)..creo que Japacafu tiene una excelente narrativa y me causo mucha gracia la anecdota...jacapafu...me enorgullece tener un colega Electronico con tu potencial narrativo.-
Hago extensivas mis loas a Lucho Bravo y a "Cone"Gonzales.-
Muchas Gracias.-
No se trata de un "Night mare" ni de un conocido chiste de Condoríto. Simplemente una casualidad y una anécdota paralela. Ciertamente,el primer nombre que se le ocurrió al negrito fué el de "Turururo", lo que motivó su apodo y es lo mas recordado
Seguíamos sin conocer el nombre del pájaro, cuando sucedió lo que narré con las concecuencias mencionadas. Omití lo de su apodo para no debilitar esta historia poco conocida
Lucho....me parece que el comentario del "night mare" no tiene nada que ver con los "turururos".
Creo que el alcance es por la narración de la serpiente y otros bichos....
De lo que me acuerdo es el episodio aquel cuando "FOFITO", un guatón Nicaragüense o Salvadoreño ( acéptame el lapsus ) que habitaba en el piso superior al nuestro, arrojó un sapo que fue a reventar en la puerta del dormitorio de Raúl González. Dicha acción le costó el PLR al citado "fofito", con el agravante que esa noche andaba "empipado".
Saludos de Lucho Bravo.
Gracias Luis, mi siempre respetado y querido cursete: La verdad, me había olvidado de aquel episodio del guatón nicaragúence que se secaba las axcilas con las servilletas mientras almorzábamos y se curaba a concho con tres cervesas.Bueno,tal vez en la batahola, el que le mandó las patadas al sapo de mi relato haya sido ese guatón que reaccionó histérico pues sabía de la peligrosidad del bicho, y nó el machetero de mis recuerdos.
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